Sé que los días son duros… El trabajo, la presión de entregas laborales, los problemas para llegar a fin de mes, la incertidumbre de saber si renovarás en esa empresa en la que acabas de entrar… La búsqueda continua de trabajo para salir de una situación complicada. Créanme que lo sé. Pero no somos conscientes de lo que tenemos. Y no se trata de compararnos con personas que lo están pasando mucho peor que nosotros, o que tristemente (hay millones), compararnos con aquellas que mueren literalmente de hambre. Consiste en un ejercicio de percepción de lo que tenemos, de lo que podemos disfrutar día a día. De darnos cuenta de que tenemos más cosas positivas que negativas, lo único es que el ser humano tiende a magnificar lo negativo y a minimizar lo positivo, sí, somos así de “masoquistas”.
Hay una frase que dice que “no todos los días son buenos, pero sí todos los días tienen algo bueno”, pues esa es mi fórmula, el ejercicio que les propongo con el título de este artículo: