Cuando se habla de competencia empresarial, siempre nos ponemos alerta, se tiene la sensación de que la palabra competencia hay que alejarla lo máximo posible…
No han escuchado esa frase que dice algo así como…
¿A los enemigos hay que tenerlos cerca para poder vigilarlos?
Bien, pues quizá aquí esté el primer error… La competencia no es un enemigo, es un acicate para poder mejorar. Un estímulo al que no debemos copiar, sino mejorar o que nos sirva para generar nuevas ideas, proyecto, campañas o maneras de hacer las cosas.
Si nos vamos a una «competencia digital», incluso lo podrán hacer de una manera menos costosa y mucho más sencilla, seguimiento de precios, últimas incorporaciones, nuevos servicios, sin obviar campañas o know how, son algunos aspectos que, de una manera ágil, podrán obtener.
Hay herramientas que van muy bien, webs que hacen que este estudio digital no sea impedimento para mejorar la competitividad de su unidad de negocio. Yo utilizo www.netrivals.com y puedo controlar diferentes ítems en tiempo récord.
Hasta aquí todo está muy bien, pero, como reza el título de este artículo «la competencia empresarial es más sana que la incompetencia», siempre y cuando, con la información extraída sean capaces de implementar mejoras.
Algunos consejos sobre competencia empresarial:
Detecten si se trata de una competencia directa o indirecta.
Para delimitar este ítem, deberán tener en cuenta aspectos tales como rango de precios, target, alcance de venta, etc.
Clasifiquen el grado de competencia.
Oro: servicio o producto capital para su unidad de negocio.
Plata: servicio o producto que tiene su empresa en cartera pero que no representan la mayor parte de los ingresos.
Bronce: servicio o producto que son totalmente secundarios en la empresa, y que, incluso desapareciendo, no harían prácticamente daño a la sociedad.
Realización de una batería de ideas de mejora.
Una vez estudiada la competencia en todos sus ámbitos, es aconsejable generar una lista de ideas de mejora, de acciones que podrían llevar a cabo (a corto, medio y largo plazo).
Calendarizar las acciones anteriores.
De poco les servirá estudiar la competencia empresarial y generar las acciones oportunas para buscar esa mejora continua, si no implantan las mismas.
Para cumplir este fin, lo ideal será establecer «deadline» sobre todo en el corto plazo. Poner aspectos como fecha, hora, responsable y recursos necesarios por cada una de las acciones.
No solo les servirá para orquestar la batería final de acciones a implementar, sino que tendrán un mejor control de su empresa a todos los niveles.
Les recomiendo una actividad empresarial más de compartir y menos de competir; se dice que hasta los peores reyes rivales quedaban tras la batalla a jugar al ajedrez.
No les pido que cenen con la competencia en Nochebuena, pero sí que, una vez estudiada, no se limiten a copiar o únicamente mejorar sus acciones, sino que busquen posibles vías de colaboración, de co-branding,… que permita crecer a las dos partes.
Ya saben que la unión hace la fuerza, y seguramente, la unión con alguna empresa de la competencia no sumará, sino que multiplicará…
Un saludo.