El cine, de momento, está realizado por humanos, por lo que pueden existir errores que llevarán siempre los espectadores en sus retinas.
Podríamos hablar del cámara que aparece en una de las entregas de Harry Potter en mitad de una escena, un sombrero de vaquero (en vez de pirata) en Piratas del Caribe; o en mi película favorita, Braveheart, en pleno siglo XIII y batalla, al final de una escena de caballería aparece una furgoneta blanca…
Dudo mucho que la aparición de una furgoneta blanca, de un cámara o de un sombrero de otra época, sea algo intencionado. Sin embargo, lo acontecido en uno de los capítulos de la última temporada de “Game of Thrones”, me da que pensar.
Como saben, solamente queda un capítulo de esta histórica serie; los fans de la misma siguen lanzando teorías del final, posibles conspiraciones, etc. que hacen que se hable aún más si cabe de la proyección.
Si hay algo que ha “empañado” esta última y definitiva entrega, es lo acontecido en el capítulo IV (“El último de los Starks”). Finalizada la batalla entre norteños y aliados con el Rey de la Noche, comenzó la celebración y precisamente ahí es donde… como por arte de magia, apareció un vaso de café de la afamada cadena Starbucks. Allí estaba, en un salón de Invernalia, delante de la mismísima Daenerys Targaryen.
¡Pero ojo! decimos que era de esta marca americana, por la similitud de su packaging, sus proporciones, su tapa… pero realmente aparece semi-envuelto en la típica bolsa de papel para que evitar el exceso de calor en la mano.
Lamento decirles que ni era café, ni era de Starbucks.
Según la productora, Daenerys había pedido un té de hierbas y el catering contratado para todo el rodaje, lo dejó allí olvidado…
Si están leyendo esto y quieren ver el famoso “vasito”, ya no está en pantalla. Fue eliminado del capítulo en cuanto “saltó la liebre”. Eso sí, en versiones piratas aún podrán tener la oportunidad.
Pero fíjense, ya da igual que lo hayan quitado. El “daño” estaba hecho. Y lo pongo entre comillas porque… ¿realmente es daño la palabra? Me cuesta mucho creer que una serie como esta, con todo el equipo que tiene detrás, con las revisiones de secuencia, con el filtro de posproducción, no se percataran de este elemento.
Además, su situación está más que clara; no es una furgoneta blanca al final de un prado que delante tiene 40 caballos. No es un sombrero que se mezcla entre muchos otros en un barco. No es una parte del cuerpo de un cámara que se observa con dificultad entre la multitud. Como pueden ver en la imagen, el vaso, mejor puesto no podía estar. Sin elementos a su alrededor, sin nada debajo ni encima, a la luz de las velas y, casualmente, delante de la principal protagonista. Es más, ¿tampoco ninguno de los protagonistas que estaban en el salón se dio cuenta?
¿Casualidad? ¿Fallo? Me tienen que permitir que al menos lo dude. Según algunas empresas especializadas, el impacto mediático de este “error”, podría ser similar a una campaña de publicidad con una inversión de ¡2.300 millones de dólares!
Y ustedes, ¿creen que se trata de un error o de una campaña bien orquestada?
Un saludo.
Rayko Lorenzo.
Wiseplay
Buen artículo. La publicidad en series en la actualidad nunca es un despiste, suele ir acompañado de bastante comunicación en redes sociales en casos así.
Rayko Lorenzo
Así es Nacho, suele estar todo muy bien pensado.
Un saludo.
Rayko Lorenzo.