Seguramente más de una vez han dicho la frase esa de… “año nuevo, vida nueva” ¿o no?, pero curiosamente es tan fácil de pronunciar como de olvidar. Perder peso, dejar de fumar, hacer deporte, gym,… son pequeños “deseos” que se suelen decir cuando comenzamos un nuevo año, el problema está en que son propósitos y no objetivos.
Los propósitos son intenciones, y éstas como su propio nombre indica, no dejan de estar demasiado ligadas con la intención de los actos. Sin embargo, el convertir los deseos en objetivos, con fechas, planing, dead line, subobjetivos, etc… va más ligado con “lo haré”.
1-. Cuenta tu objetivo
Mi consejo es que cuenten sus objetivos. Por ejemplo, si se marcan para la famosa frase “año nuevo, vida nueva” el dejar de fumar, pregonen ese reto… A la familia, a los amig@s, a los compañeros de trabajo… en las redes sociales.
“El ser humano está más preparado para defraudarse a sí mismo que a su entorno”
Además, así podrás tener el apoyo de los que más tiempo pasan en tu día a día.
2-. Planificación
Tal y como sucede con un plan de viabilidad de una empresa, como las vacaciones familiares o como cuando organizas un evento, los objetivos personales también tienen que tener una planificación ordenada y ejecutable. Dependiendo lógicamente de cada reto marcado, se deberá poner un orden a las cosas, fechas que permitan el buen seguimiento,…
3-. Subetapas
Otra fórmula que pueden aplicar para la consecución de objetivos, es el dividir el objetivo final en submetas. Es como si quisiéramos escalar hasta el pico más alto de una cordillera. Podremos marcar pequeñas “metas volantes” que nos animen a seguir avanzado. Nos servirán para coger fuerza, observar lo que ya hemos recorrido y lo que nos queda por conseguir.
4-. Minisrecompensas
Cuando alcancen esas pequeñas etapas del objetivo, tienen que premiarse. Será como el avituallamiento de una media maratón (y de éstas he corrido unas cuantas), como litros de gasolina para un tanque que ya ha agotado parte de sus reservas. Las minirecompensas no deben ser demasiado buenas, ya que podríamos conformarnos con ellas y dejar de mirar más alto, y perder así el objetivo final.
5-. Realismo
Como ya les he comentado en alguna ocasión, tenemos que intentar fijar objetivos ambiciosos pero realistas; alcanzables al fin y al cabo. Ser consciente de nuestras limitaciones y recursos puede ahorrarnos más de una decepción. No te engañes pero tampoco te conformes.
6-. Fuerza de Voluntad
Éste es el punto más crítico. Todo vale, todo cuesta… Seguramente si hemos decidido dar un cambio a nuestra vida, ¡no será para peor!; aunque nuestros objetivos no tengan un desgaste monetario, quizás si lo tengan mental. Tenemos que pensar que cada segundo, minuto u hora que persigamos un objetivo, estará un poco más cerca.
Espero que en el 2014 consigan todo lo que se propongan, y si no alcanzan uno de los objetivos, revisen el por qué y vuelvan a intentarlo. Aunque somos el único animal que tropieza dos (y 3, 4…) en la misma piedra, también tenemos una capacidad de aprendizaje envidiable.
“Despierta para poder vivir lo que soñaste”
Un saludo.
Rayko Lorenzo.