Ya les adelanté que este no fue un curso cualquiera. Se trataba de una bonita iniciativa de Cruz Roja Granada que, junto con Obra Social “la Caixa”, pretendía dar empoderamiento y mejorar la empleabilidad de varias mujeres valientes que necesitaban “reiniciarse”.
Valientes mujeres que no lo han tenido fácil en la vida; que incluso en algunos episodios de la misma, han considerado más en cuenta sobrevivir que vivir.
Las competencias transversales, como su propio nombre indica, son básicas para cualquier trabajo, para cualquier rol, para cualquier cosa incluso en la vida personal. Ya saben ese dicho que dice que “para ser buen profesional, primero hay que ser buena persona”.
El programa incluyó varios bloques: Marca Personal, Importancia de la Toma de Decisiones, Comunicación y cómo convencer en público, Técnicas de Negociación y un apartado dedicado al Empleo y la búsqueda del mismo.
Es cierto que, aunque se tocaron “todos los palos” comentados, en algunos profundizamos más que en otros. Ya les dije que esta sesión fue especial. Sentí una conexión desde el primer día con ellas que es bastante complicado de explicar. Se ayudaban unas a otras, crearon un grupo de whatsapp en el primer descanso; eran chicas, mujeres, madres, desempleadas… o todo a la vez, con unas locas ganas de aprender, con una voluntad de mejorar como nunca había visto en un aula.
En el grupo teníamos chicas de diferentes nacionalidades, además de españolas, habían marroquíes, una chica siria, otra gambiana… esto enriquecía más si cabe las sesiones. A modo de anécdota, cuando llevaba unos 30 minutos de sesión, detecté que Rabia y Atika no paraban de hablar, así que les dije:
– Chicas, ¿les puedo ayudar? ¿tienen alguna duda? Pueden interrumpirme para preguntarme cuando quieran.
La contestación fue rápida, sincera y totalmente justificada. Rabia no lograba captar bien mi mensaje. Entre que hablo rápido y que ella no sabía muy bien el castellano, tenía bastantes problemas para seguir mi hilo conductor. Su compañera, le traducía de manera simultánea todo lo que yo iba contando, y así, durante todos los días y sus horas que duró el curso.
El programa formativo iba avanzando; era exactamente lo que me estaba pasando a mí, avanzaba en una dosis de realidad dura a la par de linda. Aprendí más que ellas. Aprendí que la sonrisa que me brindaban cada mañana sería eterna en mi reminiscencia, aprendí no solo que la “procesión va por dentro”, sino que dentro de la procesión hay penas mucho mayores que las que uno banalmente expone y cree padecer. Aprendí a que quería seguir aprendiendo con ellas, porque las lecciones de superación, de mejora continua, de querer aportar valor para ser valoradas, eran lecciones que nadie mejor que ellas me iba a enseñar. Aprendí a que ese “ratito” que pasaban conmigo, para ellas era algo muy largo, pero un largo bonito, necesario, repelente de lo negativo y atrayente de lo que estaba por venir.
Como epílogo de los días de trabajo, visitamos una empresa “vecina” de Cruz Roja llamada The Globe Formación. Debo confesar que no la conocía. Nos trataron literalmente como en casa. A través de un recorrido a sus excelentes instalaciones, el alumnado y yo mismo, pudimos comprobar cómo funciona una academia formativa por dentro. Lanzaron recomendaciones a través de su Directora de RRHH, Carmen Serván, para conseguir empleo.
En dicha visita, Jerónimo de la Rosa, Técnico de Empleo de Cruz Roja Granada, resumió a la perfección cuál había sido la intención del curso, y qué se llevaban en su “mochila”. Se trataba de una mochila sin fondo, un habitáculo de sapiencia que, como las mujeres valientes que me demostraron ser, irán rellenando a lo largo de la vida, de su nueva vida, una vida en la que ya no cabe lo de sobrevivir, solo hay espacio para vivirla…
Desde aquí, agradecer a mi amigo Jerónimo el que contara conmigo para este precioso reto. Gracias de corazón.
Les dejo con algunos vídeos resumen:
Un saludo.
Rayko Lorenzo.
Una experiencia de las que se te quedan grabadas, tanto por la calidez de las chicas como por el cariño que tanto tú Rayko como Jerónimo poníais en cada una de las palabras y consejos que les transmitíais. ¡Enhorabuena!
Muchas gracias a ustedes Carmen.
Un saludo.
Rayko Lorenzo.